viernes, 28 de octubre de 2011

No quiero, sí quiero aula taller

JF es un alumno de etnia gitana, absentista y con un bajo rendimiento escolar. No es un alumno conflictivo. En la segunda evaluación del curso 10-11 se comenta la conveniencia de derivar a este alumno a un aula-taller con la finalidad de ofrecerle una alternativa más "manipulativa" y adaptada a su situación personal. Yo, orientador, tomo nota de la demanda y se lo comento al alumno al tiempo que le doy una citación para que vengan sus padres y, después de informarles, proponerles la firma del documento de autorización para incluirlo en el informe psicopedagógico preceptivo.
A los pocos días se presenta su madre y la recibo en el despacho de orientación. Como preveo que el tema puede tardar en resolverse, contacto también con el director para que esté presente en la entrevista.

Después de los saludos pertinentes, se le explica a la madre que ha salido la convocatoria para la derivación de alumnos al aula taller y que es el momento de decidir si la familia opta o no a esas plazas. Aunque nos esperábamos cualquier respuesta, nos sorprende que la madre diga que no, que finalmente han decidido que el alumno siga en el centro porque así "lo tienen más cerca de casa". De nada sirven las explicaciones complementarias y las aclaraciones por mi parte. No conseguimos convencer a la madre.

Ya en el curso 11-12, a finales de octubre, aparecen por el centro los padres de JF. El director me dice si los puedo recibir porque han cambiado de opinión y ahora sí querrían que se incorporara a un aula externa.
Les comento que estamos fuera de plazo y que no hay ninguna seguridad de que el alumno obtenga plaza.

Aún así insisten que se haga la petición por lo que les paso el documento de aceptación de los padres para que lo firmen allí mismo y para que se lo lleven a casa y lo firme el alumno que lleva un montón de días sin venir. Ese mismo día, a pesar de las múltiples tareas que tengo pendientes, inicio otra más que es la de elaborar el informe de este alumno.

COMENTARIO:

Los alumnos absentistas son menos conocidos por los tutores. Suele, por tanto, ser habitual la derivación directa al orientador para que gestione cuanto antes el papeleo para solicitar algún programa externo al centro. A sabiendas que el tutor también tiene algo que decir sobre el tema, yo acepto realizar los trámites con rapidez ya que sé que esta actuación es bien acogida por el equipo directivo y el resto de profesores. Digamos que es una forma de "hacer méritos".  Me quedan sin embargo varias dudas:

- ¿Debería haber sido más tajante con los padres y comentarles que ya se había terminado el plazo de solicitudes al aula externa?
- ¿Realmente es necesario "hacer méritos" por parte del orientador?
- ¿Tendría que haberme puesto en contacto con el coordinador de aulas externas en la dirección provincial de educación para ver si había plazas libres antes de iniciar el engorroso trámite administrativo de la elaboración del informe?

Seguro que vosotros podeis aportar otros enfoques a este caso. Espero vuestras opiniones. Un saludo. JL Pueyo.

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