Son muchas cosas las que me llaman la atención en esta serie: los protagonistas parecen todos modelos, son superlistos, analizan las pruebas hasta en su más mínimo detalle... y se entrevistan en muchas ocasiones con los padres de hijos díscolos o descarriados.
Y aquí es donde viene la similitud, el parecido, que quiero traer a colación, de la serie con nuestro trabajo. Sobretodo en el apartado de entrevistas que es el que me parece más sabrosón y el que, a mi entender, tiene más paralelismos con nuestra profesión de orientadores.
Porque suele ocurrir en muchas ocasiones, que, hasta que se desenmascara la cruda realidad de los hechos, muchos individuos y parejas insisten en mantener ante los investigadores una versión de los hechos equívoca e increíble a todas luces.
Afortunadamente la perspicacia de Booth y de la doctora Brennan y la acumulación de pruebas y evidencias contribuyen a desenmarcarar, en un plisplás las fantasiosas y cambiantes declaraciones de los hijos o de sus progenitores.
¿No os ha ocurrido en más de una ocasión que en alguna entrevista con padres o con alumnos captáis claramente que lo que allí se está diciendo no se corresponde en absoluto con la realidad? ¿No hemos intuído todos y todas en innumerables ocasiones que ciertas versiones que se manifiestan sobre tal o cual hecho están claramente sesgadas cuando no manifiestamente maquilladas?
Es en esos momentos de confusión y de enmarañados argumentos cuando me gustaría poseer la inteligencia, los medios y los recursos con los que cuentan nuestros protagonistas del Forensic antropology at Smithsonian.
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